Personalmente, siempre me gusta dar inicio a cada una de las sesiones recapitulando el tema abarcado en la clase anterior. Este ejercicio no toma más que algunos minutos, pues no se trata de una repetición de la clase total sino más bien, a través de él, se intenta retomar conceptos básicos que servirán de plataforma para arrancar con el nuevo tópico. Esta actividad al inicio de la clase es, en mi opinión, muy valiosa pues permite a los estudiantes primero, “refrescar” el tema visto en la clase anterior. Además, permite despejar dudas que han quedado de la clase pasada. También, funciona a manera de “calentamiento” para la introducción de un nuevo tópico. De esta forma los estudiantes tendrán la oportunidad de conectar la nueva información con los temas abarcados previamente y así se facilita el proceso de adquisición de conocimiento.
Por otra parte, pienso que el proceso de adquisición de conocimiento, requiere de un compromiso serio por parte del estudiante. El devolverse o no cuando los estudiantes no dominan ciertos conocimientos o destrezas es una decisión que no debería ser responsabilidad única del docente. Cada estudiante debería tener la capacidad de autoevaluación y de ser lo suficientemente honesto consigo mismo en el sentido de si puede o no avanzar a un curso de un nivel más alto. Muchos son los estudiantes que estudian basados en la ley de mínimo esfuerzo, cuando más bien cada uno de ellos debería tener un compromiso serio con su propio proceso de aprendizaje. Los estudiantes deberían reflexionar en el sentido de que se estudia no simplemente por obtener una buena nota o por pasar un curso, sino más bien con el objetivo de adquirir herramientas y competencias que les serán útiles en su vida como futuros profesionales.
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