Analogías de la Educación

“El objetivo de la educación es la virtud y el deseo de convertirse en un buen ciudadano”

Platón

Recientemente se celebró en Washington D.C. un conversatorio, en el que participaban especialistas en educación, psicología, neurología, religiosos y otros especialistas de diversos campos del conocimiento. Todos ellos estaban reunidos con un solo propósito,abordar y discutir un solo tema: “La Educación para fabricar mejores ciudadanos”. Por muchos años, y lastimosamente aún hoy en día, se ha concebido la educación como un fenómeno unidireccional, en el cual el conocimiento procede desde un “dueño del saber” (el maestro) hacia un “alumno” (a- sin, lumno-luz). El fin primordial, en este tipo de educación, academicista, es cumplir con ciertos objetivos curriculares pero en este afán se dejan de lado o se sacrifican, muchas veces, variables muy valiosas. Dichas variables surgen del mismo proceso enseñanza-aprendizaje y que, de ser rescatadas, se convertirían en invaluables herramientas para los aprendices, no solamente en el ámbito del proceso enseñanza-aprendizaje, sino en todas las áreas del desarrollo como seres humanos integrales. La educación es ante todo un proceso, y como tal, los involucrados están expuestos a cambios y transformaciones. Es por ello que el aprendiz podría ser comparado con un capullo o una piedra en bruto dentro de los cuales se gesta un gran potencial por descubrir. Pero además, es un proceso que requiere de un trabajo conjunto, un trabajo en equipo, en el cual se afectan y retroalimentan unos a otros cada uno de los participantes del proceso. También, es un proceso significativo en el cual los conocimientos (herramientas) que se adquieren deberían estar conectados con los previamente adquiridos y sobre todo, tener un propósito útil para el desarrollo del aprendiz, no sólo como estudiante sino como ser integral.

Para empezar, el aprendiz puede ser comparado con un capullo dentro del cual se gestan una serie de procesos, de cambios que permiten, luego de un proceso de metamorfosis, que un ser renovado y transformado empiece una nueva vida y tenga la posibilidad de enfrentarse a nuevos retos que le esperan fuera de ese refugio seguro y confortable, el capullo. Pero también, el aprendiz es similar a una piedra en bruto, la cual guarda un valioso potencial. Sin embargo, esta piedra por sí sola nunca podrá llegar a dar a conocer la belleza que ella encierra. Es necesario, que un artesano se dé a la tarea de pulir cuidadosamente las asperezas que esconden todo su brillo y valor. Así como el artesano sabe que bajo ese material áspero hay una valiosa piedra preciosa, del mismo modo el maestro, el docente, el facilitador, debe tener ese acercamiento con los aprendices. Ya no como alumnos (seres sin luz) sino como seres integrales que guardan un gran potencial. El facilitador entonces, debe diseñar y desarrollar estrategias de aprendizaje que permitan, como el artesano descubrir esa luz y ese brillo que ya existe.

Además del “artesano” que cuidadosamente pule aquella piedra en bruto, en el proceso enseñanza-aprendizaje es necesario que el aprendiz reciba retroalimentación de otros, que como él o ella, se encuentran al mismo nivel en la búsqueda de conocimiento. Es por ello que no se puede concebir el proceso enseñanza-aprendizaje como un proceso individual, sino más bien como un proceso conjunto y de trabajo en equipo. A través del trabajo en equipo, los aprendices logran desarrollar habilidades y adquirir estrategias que les serán útiles en el proceso de la búsqueda de conocimiento. Algunas de las estrategias que se potencializan con el trabajo en equipo, son también de suma importancia en otros contextos de la vida y la realidad de los seres humanos. La conciliación, la colaboración, la toma de decisiones, la tolerancia a la frustración, la comunicación asertiva, para mencionar algunas, son requisitos indispensables y vitales en las relaciones interpersonales saludables. Todas ellas pueden ser fomentadas durante el proceso enseñanza-aprendizaje motivando y promoviendo el trabajo en equipo dentro del contexto educativo.

Finalmente, los conocimientos, herramientas, que se adquieran durante el proceso enseñanza-aprendizaje, deben convertirse en herramientas funcionales, útiles, que le permiten al aprendiz no solamente tener un buen rendimiento académico sino herramientas que le den la posibilidad de enfrentarse a un mundo competitivo, tomando decisiones asertivas que sean de beneficio en todos los contextos en que se desenvuelve como ser integral.

En resumen, el proceso de enseñanza-aprendizaje va mucho más allá de las aulas o de cumplir con los requerimientos curriculares. Este paradigma debe ser cambiado primero pensando que dentro de cada aprendiz existe desde ya un gran potencial por desarrollar, además que no puede darse un proceso de enseñanza aprendizaje si no se concibe como un proceso grupal que permita la retroalimentación constante y finalmente que los conocimientos nuevos que se adquieren a través del proceso, serán herramientas útiles y significativas para el aprendiz.

PD. A los que les interesa ver el video sobre el conversatorio que menciono en mi ensayo, los invito a visitar el siguiente link (por cierto uno de mis favoritos!!)

Redes 49: Educar para fabricar ciudadanos